En el mercado las lentes oftálmicas, el Antirreflejo (AR) es uno de los tratamientos que en los últimos años ha logrado mayor desarrollo. El mismo ofrece claras ventajas clínicas y estéticas para los pacientes, permitiendo que el usuario pueda ver más fácilmente a través de las lentes de sus anteojos, y al mismo tiempo llamar menos la atención de los demás.
Asimismo, el AR le brinda al óptico la oportunidad de aumentar su margen de utilidades.
Este tratamiento se puede realizar en lentes de todos los materiales existentes en la actualidad en el mercado; en tanto, por sus características, se hace como último paso previo al calibrado, aunque en algunos casos es posible aplicarlo después del mismo.
La principal ventaja que tiene la aplicación de este tratamiento en lentes oftálmicas es brindar una visión más nítida y natural, sin reflejos parásitos. Y los beneficios que aporta lo hacen aconsejable para todos los usuarios de anteojos, razón por la cual es probable que, en un futuro no muy lejano y como ocurre actualmente en los países más desarrollados, el total de las prescripciones realizadas cuenten con tratamiento antirreflejo. Por lo pronto, en Argentina hay proveedores y laboratorios que suministran lentes AR de stock, las que se encuentran disponibles en una amplia gama de marcas, materiales y diseños, y eliminan para el óptico el plazo de espera de los revestimientos por encargo.
Tal como su nombre lo indica, el tratamiento AR sirve para eliminar al máximo posible (hasta un 99, 5%)los reflejos no deseados de las lentes. Considerando que éstas, cuanto más plana sea su curva base y más alto índice tengan, producirán un mayor reflejo. Entre los beneficios ópticos, la lente con tratamiento AR disminuye el esfuerzo visual permitiendo una mayor entrada de luz al ojo, lo que se traduce en una mejor visión.
Las ventajas clínicas y técnicas del AR son ampliamente reconocidas en todo el mundo, al punto que en varios países europeos es obligatorio su uso en conductores, pilotos y especialmente recomendado en otras profesiones que exigen tareas visuales puntuales.
El AR, entre otros beneficios, brinda una máxima nitidez de las imágenes en virtud del aumento de la transparencia; aumenta la agudeza visual y el sentido espacial y estereoscópico; y hay estudios que comprobaron un aumento del campo visual de un 50% en terminales de video. Asimismo, mejora la relación del contraste haciendo más fácil y cómoda la lectura, y también proporciona una definición más nítida de la imagen, garantizando una observación clara de los detalles.
El tratamiento antirreflejo produce una mejora en la calidad de la visión, ya que provoca una disminución apreciable del porcentaje de luz incidente reflejada sobre la superficie de la lente, lo que se transforma en un mayor porcentaje de energía lumínica transmitida. Esto significa que ante un nivel determinado de iluminación ambiental, la sensación percibida por el ojo del usuario que utiliza lentes con tratamiento se caracterizará por imágenes más “luminosas”.
La luz reflejada sobre la cara interna (cóncava) de la lente también puede generar efectos molestos para la visión del usuario, dependiendo del nivel de iluminación ambiental. El tratamiento AR disminuye entonces la cantidad de luz reflejada también en la cara interna, minimizando los reflejos nocivos residuales.
Pero además de sus cualidades técnicas, el tratamiento antirrefflejo ofrece una serie de importantes ventajas estéticas, ya que permite que al usuario de anteojos se le vean más los ojos y menos el reflejo que se produce en la lente.
En este sentido, el AR mejora el aspecto de los usuarios, en especial de los que utilizan diseños sin aros o que padecen el denominado “efecto fondo de botella”, causado por lentes con fórmulas altas. Y elimina casi por completo el brillo de la superficie de las lentes, haciéndolas prácticamente invisibles para los demás. El revestimiento AR se encuentra disponible para lentes minerales, de policarbonato y alto índice, así como también para lentes plásticos orgánicos convencionales y de alto índice con un grosor central de más de 1mm. Por eso, la mayoría de los pacientes puede seleccionar este tratamiento.
Por otra parte, actualmente contribuye a estimular el mercado del antirreflejo su aplicación en anteojos de sol, tanto planos como con graduación. En este caso el tratamiento normalmente no se aplica sobre la parte delantera del lente, (como ocurre en las lentes oftálmicas), pero sí se aplica el antirreflejo sobre la superficie posterior de los lentes de sol, a fin de reducir las imágenes fantasma, y evitar el reflejo de ojos, pestañas y otros objetos sobre dicha superficie.
Hoy en día, para muchos usuarios los anteojos son mucho más que una ayuda práctica para la visión. Cada vez con mayor frecuencia se utilizan como un accesorio de moda, apropiado para darle un estilo moderno a la imagen personal. Por lo tanto, las lentes oftálmicas son constantemente desarrolladas y perfeccionadas en relación a los requerimientos cosméticos del usuario. Y el resultado puede notarse no solo en lentes más finas, delgadas y livianas, sino además en lentes mejoradas con tintes y otros tratamientos, como ocurre con el antirreflejo.
Cuando la función del ojo se ve disminuida y es inevitable la refracción para restituir una buena visión, el hombre tiene que restablecer condiciones similares a aquellas en las que el ojo funciona correctamente. Cada interferencia que se interpone en el campo de la visión produce perturbaciones que lo privan de otras comodidades, y lentamente van produciendo ciertas alteraciones.
En este sentido, las lentes se convierten en mediadoras de señales y la información que llega del mundo exterior al sujeto puede verificar distorsiones.
Por ello, el tratamiento antirreflejo multicapa de alguna forma tiende a restituirle al ojo lo que el medio correctivo le quita.
Como consecuencia de la reflexión se produce una pérdida del haz luminoso de casi 8%, por lo tanto la lente no transmite la señal pura.
Otras situaciones críticas se verifican de noche cuando las luces artificiales son numerosas y hay encandilamiento, por ejemplo al conducir.
Los reflejos en ambas superficies de las lentes, aún en condiciones de luz favorables, fatigan continuamente los ojos; es decir que en ocasiones las lentes sin tratar no causan sólo inconvenientes en el plano estético, sino que también pueden acarrear problemas de salud visual y seguridad para el usuario.